Cámaras, micrófonos y sensores escrutarán a los viajeros en pleno vuelo para prevenir los comportamientos hostiles.
Mientras Estados Unidos planea sembrar sus aeropuertos con sensores capaces de «escanear» a millones de personas para «adivinar» quién tiene intención de cometer un delito, Europa prepara su propio sistema de seguridad aérea preventiva, que funcionará en el interior de los aviones, en pleno vuelo.
Una batería de cámaras, sensores, micrófonos ultrasensibles y software de reconocimiento de gestos faciales se instalará, entre 2010 y 2012, en el interior de las cabinas para monitorizar la actividad de los pasajeros y prevenir, antes de que se produzca, cualquier intento de secuestro, desvío del aparato o atentado terrorista. De forma parecida a como se hará en los aeropuertos norteamericanos, pequeñas cámaras «indetectables» escrutarán el rostro de los viajeros, en busca de gestos que puedan delatar sus intenciones.
Si el sistema detecta en un pasajero cualquier actividad o señal que considere «fuera de lo normal», desencadenará una batería de respuestas automáticas, que pueden ir desde una simple alerta para la tripulación a la puesta en marcha de un dispositivo que bloquea el avión y lo conduce, sin necesidad de intervención humana, hasta el aeropuerto más cercano. Este tipo de acción desbarataría, por ejemplo, cualquier intento de estrellar el avión o de desviarlo fuera del destino previsto.
Con el apoyo de la CE, cuya aportación económica ronda los veinte millones de euros (de un total de 38), el proyecto SAFEE, Security of Aircraft In The Future European Environment (Seguridad Aérea en el Futuro Entorno Europeo) pretende «devolver la plena confianza en la industria del transporte aéreo», según se afirma en su propia página web.
El proyecto se basa en el análisis de experiencias pasadas, «que han demostrado cómo personas hostiles pueden sortear las diferentes medidas de control y seguridad de los aeropuertos y poner en práctica sus acciones». SAFEE sería «la última línea de defensa contra estos ataques».
Patrocinado por una treintena de empresas, institutos de investigación, universidades y agencias de seguridad europeas (entre ellas Sagem, Airbus, EADS, Siemens, Airtel, la Universidad de Reading, la Oficina Nacional francesa de Estudios e Investigaciones Espaciales o la española Ingenieria de Sistemas para la Defensa de España, S.A.), el proyecto fue puesto en marcha en 2004.
Se basa en cinco áreas diferentes de actuación, que van desde un Sistema de Detección de Amenazas a Bordo (OTDS), a otro de Administración y Respuesta ante Amenazas (TARMS), o el llamado Sistema de Evasión de Emergencia (EAS), un control automático capaz de guiar un avión sin piloto hacia un destino seguro.
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