CAMBRIDGE, EEUU (AFP) - Desde los "efectos secundarios de tragar sables" a una "bomba gay" planeada por la aviación de EEUU, la ceremonia anual de los premios Anti-Nobel distinguió a las investigaciones más descabelladas del mundo. El galardón en la categoría de Lingüística fue para dos científicos españoles.
En una delirante ceremonia celebrada el jueves en la estadounidense Universidad de Harvard, Josep Trobalon y Nuria Sebastián-Galles, de la Universidad de Barcelona, y Juan Manuel Toro, un colombiano que estudia en Italia, recibieron el premio por demostrar que los roedores no diferencian entre una persona que habla al revés japonés u holandés.
Presentado de esa forma, el estudio mueve más bien a la risa, pero -en realidad- demuestra que el cerebro humano no es tan diferente como se pensaba en materia de aptitud para el lenguaje. "Fue una sorpresa, es lo último que esperaba", dijo Sebastián-Galles, destacando que los premios "mezclan de manera inteligente la parte divertida y la seria. Sale el 'freakie' (raro) que la mayoría de los científicos tiene dentro", explicó a la AFP.
La hornada 2007 de los Anti-Nobel habla mucho castellano, pues también se premió a investigadores chilenos y argentinos. Un estudio sobre "cómo sacar extracto de vainilla de la bosta de vaca", de la japonesa Mayu Yamamoto, se llevó el Anti-Nobel de Química, El de Medicina fue para un británico, Brian Witcombe y un norteamericano, Dan Meyer, autores de un penetrante informe médico sobre "Tragar sables y sus efectos secundarios".
Los dos científicos habían colaborado a distancia por Internet y se conocieron en persona durante la histriónica ceremonia, realizada por decimoséptimo año consecutivo. Como explicaron los organizadores, el objetivo de los premios "es hacer primero reír a la gente y después hacerlos pensar".
"Es más un premio a la creatividad", explicó por su parte Enrique Ariel Cerda, que recibió el Anti-Nobel de Física por un estudio sobre "cómo se arrugan las sábanas". La investigación tiene en realidad aplicaciones de vanguardia y cobra importancia cuando "las superficie son tan delgadas (nanosuperficies) que no se pueden manipular sin romperlas", dijo.
El argentino Diego Golombek, de la Universidad Nacional de Quilmes, recibió, por su trabajo junto a Patricia Agostino y Santiago Plano, el premio de Aviación, por estudiar los efectos del Viagra sobre el "jet-lag". El estudio demostró que el principio activo del medicamento, el sildenafil, incide sobre el "reloj biológico" del cuerpo humano y permite superar por ejemplo el desfase del sueño en los viajes en avión.
"Estoy muy orgulloso", dijo Golombek a la AFP. "Creo que si podemos reírnos un poco de nosotros mismos, vamos a ser mejores científicos. Me hace sentir que formo parte de una comunidad que se toma las cosas en serio, pero sin solemnidad. Es un poco volver a la ciencia en la que siempre creímos".
El Anti-Nobel de la paz fue para el laboratorio de la fuerza aérea norteamericana de Dayton Ohio, que en 1994 estudió seriamente la posibilidad de una "bomba gay" para volver irresistibles entre sí a los soldados enemigos. La idea, que al parecer no prosperó, era desarrollar una sustancia utilizada como arma química y capaz de generar caos y desorden en filas enemigas.
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